¿Es posible hacer dieta sin pasar hambre?
Sí! Es totalmente posible seguir una dieta para bajar de peso en la que puedas satisfacer tu hambre, recibir todos los nutrientes que tu cuerpo necesita y aún así controlar la cantidad de calorías. ¿Cuál es el secreto? La densidad de energía.
Parece mentira, pero es cierto. Existe una forma de hacer dieta sin pasar hambre, y a la vez reducir las calorías que comes y perder peso. ¿Cómo? Eligiendo cuidadosamente los alimentos que comes de acuerdo con su densidad de energía.
Es decir cada alimento tiene una cantidad de calorías en un volumen específico, y eso se llama densidad de energía. Por ejemplo, un “besito” de chocolate un alto número de calorías concentradas en un volumen pequeño y por lo mismo se considera que tiene una densidad de energía alta. En cambio, un pepino tiene una cantidad de calorías mucho más baja en un volumen mucho más grande, y por lo mismo tiene una densidad de energía más baja que el “besito” de chocolate. Al final de cuentas, el comerte un pepino entero te puede llenar más que un “besito” de chocolate y no te engordará tanto pues no tiene tantas calorías.
Pero no te asustes, que esta dieta no se trata de comer sólo pepino. En realidad puede ser una dieta bastante variada, siempre y cuando sepas elegir bien los alimentos y planificar bien las combinaciones, para que cada comida satisfaga tu hambre y no se exceda en calorías.
La importancia del desayuno
Cuando hablamos de la importancia del desayuno, desde el punto de vista fisiológico, podemos decir que el desayuno es la primera toma de alimento desde un ayuno prolongado como son las horas en las que nuestro cuerpo esta descansando, es decir las horas de sueño.
Es de vital importancia desayunar con alimentos de aporte energético ya que nuestro cuerpo necesita después de un descanso una reactivación, esta reactivación energética es gracias al aporte de nutrientes en el desayuno.
Los especialistas que han estudiado la importancia del desayuno afirman que cuando no desayunamos tenemos mal humor, estamos completamente agotados y sin ganas de hacer nada, tenemos un desgaste extra de energía y nos produce obesidad porque cuando nos ponemos a comer lo hacemos en exceso ya que nuestro organismo tiene hambre y no "quema" energía sino que la acumula convirtiéndose en tejido adiposo.